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HOJAS

A la altura de tu libertad

Crujen tus zapatos en la puerta

y de repente hay tantas piernas

que no se si duermo con todas

o si me las metí en el ombligo

y estoy solo delirando por la amenaza de

                  desvanecerme

 

Como a cada quien le pasa

-lo sepa o no-los aromas se le pegan

entonces no importa si

crujen poco tus zapatos en la puerta

o si el aliento lo tenés extraviado

porque tampoco has recobrado los brazos

que yo solia abrazar.

 

Lo que pasa es que

ya no hay inocencia

(excepto ella)

lo que pasa es que

equivale a un pero

lo que paso fué que

habían gentes que bailaban

lo que pasa es que

hay cálidos recintos

lo que pasó fué que

me cantaron las canciones

que habían esperado desde el dia

en que absolutamente todo se rompió...

 

Debería borrarse la izquierda con la derecha

y el hierro solo sanar

mas a la altura de tu libertad

-desde donde veo yo también-

basta (la memoria de los días frágiles)

el viento redondo

y las copas de los sueños individuales

para sentirse una, o tres,

desmedida (s).

 

enero 2013

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