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HOJAS

Noche y sueños de un arbol ambulante (continuacion)

Combustión de brazos

 

 

Fue risible, su abrazo.

No, no, no! Dulce!

 

Querer mi aroma exhaustivo a vértigo,

la ceniza que despiden mis latidos,

después de aquella batalla...?

 

Querer la duda encarnada en mis palabras,

la huida irrebatible de mis miradas...?

 

Querer al que ya no quiero,

No puedo,  no debo!

 

Ya no me quedan  primaveras para darle.

Yo ya no siento como después del solsticio.

 

Que me veo bien sin estar tan sola?                 

Es risible. Es risible!

 

Dime, errante fuego de la noche,

Que podrían traer mis decadentes manos?

Que podrían curar mis helados abrazos?

Enséñame! Que del amar

Yo ya todo lo he olvidado!

II

 

Cuanto quisiera tener linaje de

Oropéndola.

Trazar el rayo amarillo en el cielo,

Plumas a los enamorados,

Y conmigo:

Cartas de medianoche,

Algunos sueños equivocados.

 

Pero de otoño y a veces mayo

En la fuga de mis alas me he destrozado.

 

Los perdidos

 

¡Nos sabemos perdidos entre corales secos,

Nunca entendimos nada!

 

Mis amores se quedaron en palabras...

 

Aquella vez desperté dentro de una pesadilla

Y ahora no consigo levantar la marea de los sueños.

 

Mis amores se quedaron en la orilla...

 

¡Entre tritones crueles que no entienden nada!

Bajo en sol

 

El corazón se ha dormido,

de repente en un bostezo vago

del ambulante e ingrato olvido.

 

Quiero al viento!

Todos saben que ya loca soy,

Que soy una tonta!

Si he dejado guindando,

lo que me trajiste confundido

esa tarde húmeda de Febrero.

 

Tuve que dejarlo secándose

bajo el sol.

Tonta.

Tonta.

Tienes que dejarme dejarlo?

No es por ti

Ni por mi.

Solo soy una tonta,

Una tonta en cámara lenta.

 

Al odio y al amor

Hoy he querido que no valga nada.

No pienso regresar.

Menos regresarte.

 

Lo mínimo es la libertad,

la de no sangrar

por los ojos

Ni llorar por las muñecas.

 

Saco la bandera blanca,

y todos muy distraídos

para celebrar.

 

Soy libre para odiar sin remordimiento,

Para amar sin recuerdos.

 

Agujas sedantes

Los tiempos de grises lloviznas en el aire.

Cuando el mar me vigilaba desde arriba,

Cuando no reia,

Cuando no reia...

Porque los incendios de amores enloquecidos

(sin lágrimas verdes

ni pecados de terciopelo)

Nunca trajeron placer

Placer maldito

Placer doloroso.

 

Y hoy pruebo las agujas sedantes que son tus cabellos...

Sin duda le perdí el rastro a al tierra!

 

Los tiempos de celaje adormecido,

cuando los soles me alumbraban sin distancia,

cuando lo amaba,

cuando lo amaba...

porque los desiertos de pétalos perdidos

(sin sonrisas verdes

ni murmullos de manos blancas)

nunca trajeron un latido pleno,

nunca verdad,

nunca...!

 

Pruebo las agujas sedantes que son tus cabellos!

 

Plena amargura de un sol que revienta

Un día sin pecados

de frugal entereza,

Torcida y enferma,

donde la calamidad del antojo maldito

muera supurando victoria de mi vientre.

 

Y dirían que ya no caigo,

como antes, siendo un manojo de pena,

si no estuviesen aun enrojecidas

las perlas bocabajo de mi cielo.

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